El 8 de marzo de este año será una acción internacional inédita. Mujeres de todo el mundo convocan una Huelga Feminista: para acabar con el riesgo de pobreza, con las tasas de paro insoportables y de un 3,5% más alto entre las mujeres, con la brecha salarial y con la violencia machista.
Desigualdad estructural en el trabajo y el hogar. 1.000 mujeres asesinadas en los últimos 15 años. Un 23% de brecha salarial. 14 millones de mujeres han sufrido acoso sexual. Estas cifras bien valen una huelga internacional contra la desigualdad y la violencia hacia las mujeres.
La campaña del Me Too en
todo el mundo contra la violencia sexual que afecta a todas las clases
sociales, a todas las mujeres, se complementa con la lucha por un Pacto de
Estado en España contra la violencia de género, mientras se nutre de la lucha
por decidir sobre nuestro cuerpo y por nuestra libertad. Los diferentes
aspectos de las relaciones de dominación sitúan en un primer plano que las
grandes victorias las hemos conseguido juntas, porque juntas
somos más fuertes.
CCOO y UGT por primera vez se suman a la
huelga 8M organizando un paro de dos horas el día 8 de marzo. Es una señal de
la magnitud y del protagonismo que está alcanzando el movimiento de mujeres en
el rechazo al sistema capitalista por una nueva generación que marcó el 15M.
En todas las movilizaciones por una vida
digna. En el Tren de la libertad. En las movilizaciones por el derecho a
decidir en Cataluña el 1 de octubre. Se ha materializado su grito "La
revolución será con las mujeres o no será".
Este 8 de marzo con paros coordinados en
todo el mundo comienza una nueva etapa en la que el movimiento feminista llama
a todas las mujeres y a la sociedad entera a cambiar el orden establecido. El
orden patriarcal que desde siglos han ido asumiendo todos los regímenes
económicos hasta el capitalismo se pone en la picota.
Con este 8 de marzo de huelga el nivel de
conciencia de las mujeres, con su correspondiente repercusión en los hombres y
en toda la población, hace un salto de gigante.
Todo el trabajo sumergido de cuidados y el
conjunto de la economía doméstica, emerge como vital para el progreso
colectivo. No hay sistema productivo que pueda prescindir de este trabajo
ignorado y demasiadas veces menospreciado.
Las mujeres estamos acostumbradas, la
sociedad nos forma con una brutal imposición para que seamos sumisas al sistema
de valores patriarcal, es decir, al poder de los hombres imbricado con el del
capital.
Cuando hay trabajo las mujeres hacen una
labor similar a los hombres, eso sí, con un 23% menos de salario, a lo que se
le añade las tareas del hogar, los hijos y las hijas, padres y madres, sin
descuidar al propio señor de la casa que es el marido, por supuesto un hombre.
Sostenemos con entusiasmo esa huelga
impulsada por las mujeres, con la que fomentamos la implicación comprometida de
los hombres. Es decir, de toda la clase trabajadora.
Las mujeres, así como
han sido dominadas durante siglos por los hombres, aportan
de forma clarividente su valor en los cuidados y en la empatía familiar,
para dar la mano a los hombres en una misma lucha emancipadora,
social, económica, moral y de verdadera libertad e igualdad para las mujeres.
Juntas somos más fuertes. El 8 de marzo
vamos a la huelga.
De la Carta
de La Aurora.
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