5/8/17

Venezuela: Resistencia a sepultar las conquistas bolivarianas


La votación a la Asamblea Nacional Constituyente de este domingo 30 de julio ha dejado un saldo que preocupa. En primer lugat y bien alto, ha ganado la herencia chavista. De lo cual nos alegramos, por supuesto. Pero a costa de un 41,5% de participación con un 58,5% de abstención.
Demuestra dos cosas: que Maduro y la revolución bolivariana se encuentran en una dura encrucijada. Resolver los problemas del país va a ser contra la oposición golpista alimentada por los USA y por el gobierno español con el PP, animado con tenacidad por Felipe González. Venezuela sigue dividida y necesita un cambio de rumbo popular.
Los diferentes países imperialistas llevan apostando por la caída de Maduro por la vía de agravar la situación económica y por la vía de tratar de hacer un frente internacional, político, diplomático, de violencia antichavista. Alentan el golpismo y cultivan la rebelión en el ejército. Quieren la destrucción del poder originario del pueblo venezolano que desde la Constitución de 1999 se erigió en un proceso revolucionario que ayudó a poner en pié otros procesos en Latinoamérica, en lo que se llamó el ALBA. Y los imperialistas no lo han conseguido.
Pero esta situación de guerra civil larvada, de división que se profundiza, es transitoria. No puede mantenerse por mucho tiempo. El gobierno Maduro se enfrenta a la falta de producción y abastecimiento de alimentos esenciales, de medicinas, necesita poner en marcha la productividad de un país económicamente por los suelos. Ese es el verdadero cáncer que corroe el país, al compás de la baja en el precio del petróleo y de la “guerra económica”. Miles y miles de venezolanas y venezolanos han salido del país ante la falta de perspectiva para su vida. Y también frente a las bandas violentas de guarimberos, pagadas y no pagadas, es necesario imponer una autoridad colectiva que ante los distintos embates reaccionarios erosionan el Estado bolivariano y el régimen de Maduro.
Con Maduro la burocracia chavista ha avanzado su proceso de transformación y se aleja de su pueblo empobrecido. Es grave la perspectiva de tener que ceder su soberanía sobre el 12% del territorio nacional con el proyecto minero ARCO. La MUD no tiene más plan que seguir las manifestaciones, desórdenes y violencia, hasta la caída del gobierno.
El proceso revolucionario chavista está en crisis. La elección de la ANC ha mostrado la resistencia popular y a la vez su debilidad. El PSV acentúa su burocracia para sostener el poder, pero combatir a la derecha progolpista y proimperialista del MUD, necesita de unidad popular. Y ahí es donde la izquierda venezolana e internacional tenemos nuestra principal responsabilidad. Es hora de que las izquierdas hagamos un frente unido para ofrecer una alternativa política que denuncien implacable la MUD y contribuya a la senda bolivariana del gobierno según las necesidades de la población trabajadora veneçolana. 1 de agosto de 2017
De la Carta de La Aurora.

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