29/8/17

Una seguridad ciudadana de convivencia y libertad


La gran manifestación de Barcelona cambia el paso en seguridad ciudadana y política antiterrorista. Paz en vez de guerras y tráfico de armas. Convivencia frente a islamofòbia. Diversidad contra uniformidad e integración impuesta. Acogida versus exclusión. Libertad contra la limitación de los derechos fundamentales de la política antiterrorista unilateral represiva.
El abrazo de los padres de Xavi, el niño de 3 años asesinado en las Rambles barcelonesas,
con el Iman de Rubí, es la imagen del “No tinc por” (No tengo miedo) y de cómo se vive el duelo por el atentado sangriento de Barcelona y Cambrils. “Entiendo el dolor de los familiares de los terroristas… Estoy hablando con el corazón” ha explicado el padre.
De la sociedad civil catalana que se precia de pacifista, tolerante y solidaria con inmigración y personas refugiadas, mientras llora las muertes en las pateras en el Mediterráneo, emerge un talante diametralmente distinto a la política antiterrorista oficial eminentemente represiva y limitadora de libertades, o al alimento del odio y exclusión de los nuevos colectivos de habitantes.
En uno de los altares improvisados del duelo que jalonan las Rambles, una niña de 10 años, Maya, ha puesto un precioso escrito a mano con dibujos:
Estimada Barcelona, Te han clavado una aguja en el corazón… El símbolo del terrorismo no se puede comparar con las personas, todos nos hemos dado cuenta que estamos unidos, el terrorismo puede hacer daño pero todos juntos ayudándose los unos con los otros somos más fuertes y por eso gritamos y demostramos delante del terrorismo “no tenim por”. Una persona puede tener miedo pero todos juntos no tendremos miedo…”. (traducción del catalán).
Qué distinto de la presión gubernamental para implantar la Alerta 5 del pacto antiterrorista con el ejército en la calle. Los padres del niño Xavi, y Maya, hablan de la convivencia cotidiana, no dicen ni promueven la mentira ni la hipocresía. Esa verdad sencilla, con los gestos elocuentes de solidaridad y confraternización, es un contraste indeleble con la violencia militarista represiva y el odio que fomenta.
El sábado 26-A, con un Paseo de Gràcia lleno de personas, pancartas y banderas diversas, a pesar de la época de vacaciones, en buena parte teñido del azul mediterráneo de la diversidad y la acogida, resultó un digno homenaje a las víctimas del Día negro de las Rambles y Cambrils.
La imponente manifestación fue en sí misma una masiva y pacífica convivencia de los distintos sentimientos, propuestas, banderas, profesiones, etnias y comunidades, líderes municipales, nacionales y estatales, estamentos institucionales, parlamentos y gobierno.
Las acusaciones contra la responsabilidad por falta de seguridad al municipalismo del cambio, en concreto a la alcaldesa Ada Colau, de paso a la Generalitat y Puigdemont, son una deleznable tergiversación de la evolución del duelo de una ciudadanía conmocionada. Resulta también Injustificado achacar esa responsabilidad al independentismo o a las comunidades islámicas y de otras religiones o países.
El graznido de los medios sobre la ruptura o ausencia de unidad por culpa del independentismo es una burda manipulación y tergiversación a gran escala. Ha habido una profunda unidad popular movilizada, no se ha expresado ninguna división en el “No tinc por” y la llamada a la convivencia y libertad.
Esos medios voceadores gubernamentales y propagandista serviles del poder, o intelectuales artificiosos o viñetistas ignominiosos, ocultan que el “No tinc por” de Barcelona y Cambrils significa que no se ha
aceptado la unidad en torno el pacto antiterrorista estatal y la acción represiva dirigida por la Audiencia Nacional que exigía el presidente del gobierno, Rajoy.
En el nefasto 11-M Atocha, en el que Cataluña mostró su completa solidaridad activa y emocional, no fue ETA la autora de la barbarie, aunque Rajoy afirmara su convicción, Aznar y Acebes y gobierno del PP lo pregonaran contra viento y marea. La manipulación se estrelló, pero su uso pervive en cada ocasión.
La denuncia general en la manifestación fue contra el comercio y los traficantes de armas, contra la hipocresía de llorar y hacer minutos de silencio por las víctimas, fotografiarse con las heridas en los hospitales, mientras se hace negocio con las armas y se colabora con los estados que financian al yihadismo y al ISIS.
La multitud del sábado señaló con sus abucheos y pitadas al
Rey Felipe y al presidente Rajoy, como esos líderes que practican la hipocresía a destajo. Lloros en Barcelona, champan, abrazos y medallas en Riad, Arabia Saudí.
La manifestación fue de la de la población civil emocionada, unida en el duelo pacifista. Por eso fue inédita la presidencia civil “No tinc por” encabezada por una representación de todas las profesiones que, en el Día negro, dieron lo mejor de sí mismas para paliar los efectos del atentado y atrapar a los ejecutores del terrorismo yihadista. Las autoridades tuvieron su lugar, sin pancarta, separados de la representación popular y de los movimientos sociales.
Ningún incidente ni violencia en esta manifestación pacífica. Los abucheos fueron también pacíficos. Alegría y convicción en la defensa de libertad, paz, convivencia, respeto y diversidad.


Barcelona “No tinc por” muestra que otra política antiterrorista es posible, la seguridad ciudadana necesita ante todo de libertad y convivencia. 29 de agosto de 2017
De la Carta de La Aurora.

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