2/9/11

Bildu no lo esperaba

Los componentes que formaron la coalición Bildu -EA, Alternatiba, e independientes (la gran masa de personas huérfanas de referencia política por la ilegalización de Sortu)-, preveían un buen resultado en las elecciones municipales, pero un éxito con el vigor arrollador de la mayoría de la representación en Guipuzkoa, y casi a la par con el PNV en las demás provincias, no lo esperaban.

A diferencia de la marea azul estatal del PP, conservadora social, nacional-españolista centralista e involucionista reaccionaria en la democracia, en Euskadi y en parte en Nafarroa, la marea emergente que abre una nueva etapa es con Bildu, progresista en lo social, del derecho a decidir en lo nacional, democrática con su nueva estrategia para un futuro vasco en libertad y de superación de la violencia armada.

La nueva izquierda democrática popular vasca con la coalición Bildu expresa unas clases y segmentos sociales en cambio desde las profundidades de la población. Un gran cambio en su percepción política, conciencia, esperanzas y en la representación a través del voto. La presión, y la reducción de las respectivas bases sociales, la sufre convulsivamente desde el PNV, al PSE, PP (incluso si por contrapunto llega a beneficiarse como al conseguir el gobierno de la Diputación de Álava, al votar EBB su propia lista en vez del PNV), EBB (fracturada en dos partes), Aralar y otras.

En el Parlamento de Nafarroa estuve con una delegación de Bildu de Euskal Herria, concertada con Txelui Moreno, con otros dirigentes y con Bikendi Barea (en el centro de la foto, de Bildu Nafarroa), entrevista compartida con los compañeros de L.I.A. (siglas del POR vasco).

Anoté la insistencia en la firme decisión de la estrategia política democrática adoptada con el documento "Zutik Euskal Herria" y la concreción del Pacto de Gernika. Ya era irreversible para Txelui Moreno hace un año y lo sigue siendo ahora para la izquierda abertzale. El ciclo de cincuenta años de estrategia político militar lo consideran agotado y sin vuelta atrás. Con la precisión que trabajan con una concepción del independentismo en clave derecho a decidir por parte de la ciudadanía vasca. La coalición Bildu tiene voluntad política de permanencia y ampliación. La consideran una acumulación de fuerzas autodeterminacionistas de izquierdas y progresistas, en las que incluyen a las independentistas y soberanistas, dispuestos a tejer acuerdos y alianzas con otras fuerzas que califican de progresistas, pero también con federalistas que sostengan el derecho a decidir.

La irreversibilidad respecto a la violencia armada y a los atentados es por su parte política; les es claro y ven que lo tiene que ser para el Estado, como así lo ha sido en los periodos de negociación y treguas, que esta nueva situación se consolidaría positiva si se avanzase en la legalización de Sortu, la aplicación de la ley sin discriminaciones tipo "Parot" para los presos de ETA y para los presos de Batasuna como Arnaldo Otegi. Con los exiliados sería cuestión de seguir las recomendaciones de los expertos internacionales mediadores. En fin, que se está en el momento de gestionar el cierre y final de ETA, y que eso hay que hacerlo con ETA y sus activistas, mejor sin grandes demoras ni tensiones innecesarias.

Una situación inédita y de gran calado. Cien años de liderazgo del movimiento ciudadano democrático vasco por parte del PNV está en juego. En la arena mueven sus estrategias el PNV y Bildu; el primero para mantener una hegemonía histórica que puede pasar a ser liderada por el fenómeno Bildu. Se trata de la dirección política por parte de la burguesía nacional vasca dominante, o de la dirección de una coalición interclasista más anclada en la pequeña y media propiedad en conjunción con amplios segmentos de las clases trabajadoras.

Y quieren "conseguir cosas", lo consideran vital en lo social y en lo democrático, aunque sean muy limitadas, parciales y lentas de hacerse.

La izquierda federalista autodeterminacionista va a tener que moverse en este tablero marcado por estas nueva correlación de fuerzas. EBB, federación vasca de IU, defendió en los últimos años el derecho a la libre adhesión; con este elemento programático concretó una alianza con Aralar "entre independentistas y federalistas" que rechazaban la violencia armada. En la actualidad EBB avanza a su asamblea de octubre por un espacio político angosto y menguante, lastrada por las nefastas consecuencias políticas de su voto y negociaciones en la Diputación de Álava, dividida en dos sectores confrontados. En otras entradas al bloc he informado también de la eclosión en EBB de una bandera denominada Erabaki, "decidir" en euskera, "para la reflexión sobre la confluencia de la izquierda vasca". EBB tendrá que orientarse en este nuevo escenario político. E IU actuar con la amplitud de miras suficiente para sostener una adecuada relación federal con las distintas concepciones y actuales tendencias.

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